TORTUGA CAREY (Eretmochelys imbricata)
La
tortuga carey es una especie de tortuga marina de la
familia de los quelónidos, que se halla en peligro crítico de extinción. Es la
única especie del género Eretmochelys. Existen dos subespecies, Eretmochelys
imbricata imbricata que se puede encontrar en el océano Atlántico y
Eretmochelys imbricata bissa, localizada en la región indo-pacífica.
Su
aspecto es similar al de otras tortugas marinas. Tiene un cuerpo plano, un
caparazón protector, y sus extremidades en forma de aletas están adaptadas para
nadar en mar abierto. E. imbricata se distingue fácilmente de otras tortugas
marinas por su pico puntiagudo y curvo con una prominente mandíbula superior
(tomium) y por los bordes en forma de sierra de su caparazón. Aunque la tortuga
pasa parte de su vida en mar abierto, se la encuentra más frecuentemente en
lagunas poco profundas y arrecifes de coral, donde encuentra fácilmente su
presa preferida, las esponjas de mar. Algunas de las esponjas de las que se
alimenta E. imbricata son conocidas por ser altamente tóxicas y letales para
otros organismos por su alto contenido de óxido de silicio, lo que convierte a
la tortuga carey en uno de los pocos animales capaces de alimentarse de
organismos silíceos. También se alimentan de otros invertebrados, como
tenóforos y medusas.
A
causa de las prácticas de pesca humanas, las poblaciones de Eretmochelys
imbricata a lo largo de todo el mundo se encuentran en serio peligro, por lo
que ha sido clasificada por la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza como especie en peligro crítico de extinción.1 Varios países, como
China y Japón, las han cazado por su carne, considerada un manjar. Los
caparazones de las carey y el material que los constituye (también llamado
carey) ha sido empleado para la confección de objetos decorativos. Asimismo, se
denomina carey, por extensión, al material del que se conforman los caparazones
de otras tortugas marinas empleados en idéntica producción artesanal. Según el
Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Salvaje
Amenazadas (CITES), la captura y el comercio de estas tortugas y sus productos
derivados son ilegales en muchas naciones.
TAXONOMÍA
Y ETIMOLOGÍA
Fue
descrita inicialmente por Carlos Linneo como Testudo imbricata en 1766. Fue
trasladada al género Eretmochelys por el zoólogo austríaco Leopold Fitzinger en
1843. En 1857, la especie fue redescrita como Eretmochelys imbricata squamata,
una denominación actualmente inválida.
Hay
dos subespecies aceptadas para el taxón E. imbricata. Eretmochelys imbricata
bissa (Rüppell, 1835) se refiere a todas las poblaciones de Eretmochelys
imbricata que habitan en el océano Pacífico. La población del Atlántico se ha
considerado como otra subespecie, Eretmochelys imbricata imbricata (Linneo,
1766). El nombre de la subespecie imbricata se mantuvo porque el espécimen que
Linneo utilizó inicialmente para describir la especie era del Atlántico.
Fitzinger
describió el nombre del género Eretmochelys a partir de las palabras griegas
eretmo y chelys, correspondientes a «remo» y «tortuga», respectivamente, a
causa de sus aletas delanteras en forma de remo. El nombre de especie,
imbricata, proviene del latín y significa imbricado, que describe perfectamente
las placas superpuestas del caparazón de la tortuga.
HISTORIA
EVOLUTIVA
E.
imbricata tiene varias características anatómicas y ecológicas únicas entre las
tortugas marinas, como ser el único reptil fundamentalmente esponjívoro
conocido. Por ello, su posición evolutiva ha sido algo confusa. Análisis
moleculares apoyan la probabilidad de que la familia Eretmochelydae haya
evolucionado de antepasados carnívoros más que de herbívoros. Como la tribu
taxonómica Carettini está formada por especies carnívoras (como Caretta
caretta), la tortuga carey muy probablemente evolucionó a partir de ésta, en
vez de la herbívora Chelonini, que incluye a Chelonia mydas.
ANATOMÍA Y
MORFOLOGÍA
Eretmochelys
imbricata tiene la apariencia típica de una tortuga marina. Como en los demás
miembros de su familia, su cuerpo es plano y sus extremidades en forma de aleta
están adaptadas a la natación. Las tortugas adultas tienen de media entre 60 y
90 cm de longitud de caparazón y entre 50 y 80 kg de peso, con un máximo
registrado de 127 kg.
Su concha o caparazón tiene un fondo de color
ámbar, con una combinación irregular de bandas claras y oscuras de colores
predominantemente amarillos y marrones difundidos a los lados.
Los
ejemplares jóvenes son negros, exceptuando el borde del caparazón, que es
amarillo. Cuando nacen tienen forma de corazón y van adquiriendo forma oval
cuando crecen. El color del borde serrado formado por las placas del caparazón
se difumina con la edad. Los machos se distinguen por una pigmentación más
clara, peto cóncavo, uñas más largas y una cola más gruesa.
La
carey tiene varias características que la distinguen de otras especies
estrechamente relacionadas con ella. Su alargada y afilada cabeza termina en
una boca parecida a un pico que, en su caso, es más pronunciado y afilado que
el de otras tortugas marinas. Sus brazos tienen dos garras visibles en cada
aleta.
Primer
plano de su distintiva boca en forma pico.
Una
de sus características más distintivas es el patrón de gruesas placas que
forman su caparazón. Mientras que su caparazón tiene cinco placas centrales y
cuatro pares a cada lado como varios miembros de su misma familia, las placas
posteriores de la carey se superponen de tal manera que le dan al borde
posterior de su caparazón una apariencia aserrada, parecida al filo de una
sierra o de un cuchillo dentado. El caparazón de la tortuga puede llegar a
medir por sí solo casi un metro de largo.
Sus
huellas en la arena son asimétricas, ya que se arrastran por la tierra con un
paso alterno. Esta forma de avance se diferencia de las tortugas verdes
(Chelonia mydas) y las tortugas laúd (Dermochelys coriacea), que se arrastran
de una forma bastante simétrica.
Son
grandes nadadoras. Pueden alcanzar velocidades de hasta 24 km/h y hay registros
de tortugas que han recorrido nadando 4.828 km.14 En el Caribe se han
registrado inmersiones de tortugas carey a más de 70 metros de profundidad
durante un periodo de más de 80 minutos.
HÁBITAT
Los
adultos se encuentran principalmente en arrecifes de coral tropicales. Por lo
general se las ve a lo largo del día descansando en cuevas y salientes en y
alrededor de estos arrecifes. Como especie de marcado carácter migratorio,
también se las puede encontrar en una amplia variedad de hábitats, desde el mar
abierto hasta lagunas y manglares en estuarios. Aunque no se sabe mucho sobre
las preferencias de hábitat durante sus primeros años de vida, se asume que E.
imbricata, al igual que otras tortugas marinas jóvenes, son completamente
pelágicas, con lo que hacen del mar abierto su hogar hasta que alcanzan la madurez.
ALIMENTACIÓN
Aunque
se sabe que son omnívoras, su principal alimento son las esponjas, que
constituyen entre el 70% y el 95% de la dieta de las poblaciones de la especie
en la zona del Caribe. Sin embargo, como ocurre con muchos espongívoros, E.
imbricata se alimenta sólo de algunas especies seleccionadas, ignorando muchas
otras. Las poblaciones del Caribe se alimentan principalmente de esponjas de la
clase Demospongiae, y más concretamente las pertenecientes a los órdenes
Astrophorida, Spirophorida y Hadromerida. Entre las especies de esponjas de las
que se tiene conocimiento que forman parte de la dieta de estas tortugas se
incluye Geodia gibberosa. Las carey también se alimentan de algas y cnidarios,
como medusas y anémonas de mar. También son conocidas por alimentarse de un
peligroso hodrozoo como la fragata portuguesa (Physalia physalis). Las carey
cierran sus desprotegidos ojos cuando se alimentan de esos cnidarios, para
evitar el contacto de sus cnidoblastos, que, sin embargo, no pueden penetrar en
sus blindadas cabezas.
Las
carey han demostrado ser muy flexibles y resistentes a sus presas. Algunas de
las esponjas que le sirven de alimento, como Aaptos aaptos, Chondrilla nucula,
Tethya actinia, Spheciospongia vesparium y Suberites domuncula, son altamente
tóxicas (muchas veces letales) para otros organismos. Además, se tiene
constancia de que E. imbricata escoge especies de esponja que poseen una
cantidad significativa de espículas silíceas, como Ancorina, Geodia, Ecionemia
y Placospongia. Con la excepción de algunos peces muy especializados de los
arrecifes de coral, como el pez payaso (Amphiprion spp.), no se conoce ningún
otro vertebrado capaz de tolerar una dieta tan tóxica.
RELACIÓN CON LOS
HUMANOS
A
lo largo de todo el mundo las tortugas carey son cazadas por los seres humanos,
aunque esta práctica sea ilegal en muchos países. En algunas partes del mundo
se capturan por ser consideradas un alimento exquisito. Desde el siglo V a. C.
las tortugas de mar, incluidas las carey, se vienen consumiendo en China.
Muchas
culturas también usan los caparazones de estas tortugas con fines decorativos y
son tan demandadas como el marfil, el oro y algunas gemas, alcanzando elevados precios
en el mercado. En español el material que conforma las placas de su caparazón
se denomina carey. Este material se utiliza en varios complementos personales,
como las monturas de las gafas, anillos o pulseras y en multitud de objetos
decorativos. En 1994 Japón dejó de importar caparazones de tortugas carey de
otras naciones. Con anterioridad, el comercio de caparazones de carey japonés
era de aproximadamente 30.000 kg de caparazones al año. En occidente sus caparazones ya eran
utilizados por los antiguos griegos y romanos para la joyería, como peines,
cepillos y anillos. La mayor parte del comercio mundial de sus caparazones se
produce en el Caribe. En 2006, se comprobó que se disponía de una gran cantidad
de caparazones en los países de la región, como la República Dominicana y
Colombia.
La
tortuga carey figura en el reverso de los billetes de 20 bolívares venezolanos
y en los de 2 reales brasileños.
En
la guajira la tortuga es uno de los banquetes preferidos por la población y
aunque se hacen campañas de sensibilización, para no consumir ni comercializar
la especie las autoridades decomisa con regularidad a estos animales.
Causas
que pongan en peligro la vida su especie:
• La caza excesiva
• La producción artesanal
• la contaminación marina y el
derramamiento de petróleo que mata años tras año miles de animales marinos.
ARTÍCULOS
RELACIONADOS
http://bioenciclopedia.com/tortuga-carey/
http://www.puertoangel.net/mazunte/carey_es.html
http://www.opepa.org/index.php?option=com_content&task=view&id=434&Itemid=29
http://www.puertoangel.net/mazunte/carey_es.html
http://www.opepa.org/index.php?option=com_content&task=view&id=434&Itemid=29